miércoles, 24 de febrero de 2010

Que terrible es la sensación de abandono...
la sensación de retención de líquido amniótico
la sensación de cordura temporal que te hace pensar tanto
la desesperación porque la micro no pasa
y el resorte que se te suelta en la silla y se atraviesa el trasero.

Que asfixiante es no poder realizar acciones que se escapan de las manos.
que sofocante no poder despertar por el sueño insostenible en los pies
que nauseabundo es no poder abrir los ojos por no querer ver las crueldades de un mundo sin memorias.

Estupidame , las fuerzas de un día para otro, desaparecen con un abrir y cerrar de la boca al mascar.
Y la lengua se seca de entregar tanta saliva en un beso poco apasionado.
las paredes de mi boca, son pobres víctimas de mis dientes psicópatas que las despedazan, las destrozan . NERVIOS, nervios candéntes en la boca de mi estómago.
los músculos se me retruercen al denegar movimiento que mi sencibilidad desea entregar.

Inyectame. Como mi título.
Inyectame los ojos de sangre, de furia, de ira, de irresistible confusión.